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Jueves y escaladas

Hoy nada que ver con la arquitectura, una historia de montaña.

Uno de los profesores de estructuras del máster que estamos estudiando dice que los cuentos son imprescindibles, que las personas necesitan que les cuenten cuentos, este es uno de Jueves por la mañana, de anhelo del fin de semana, un recuerdo de muchos…

18 años, crampones recién comprados, ni siquiera tengo una miserable cazadora con la que portegerme de la ventisca, pero tengo crampones, tengo ganas de conocerlo todo, creo que aquella mañana ni me desperté, la ansiedad no me dejó dormir.

19 años, la misma montaña, vamos a ir a escalar en hielo, el sábado por la tarde hemos quedado en San Lázaro, a ritmo de Pink Floyd vamos ya de noche comiendo las curvas en el coche de los padres de Luis, un opel astra.
Mi material de montaña no ha evolucionado mucho en un año, Ana me ha regalado un piolet para alpinismo clásico, en resumen; nada.
De mi saco qué os voy a contar, mientras mis amigos se quitan la ropa dentro de los suyos yo añado capas y capas a mi cuerpo dentro del mío. Es el frío el que esa noche no me deja pegar ojo pero al final mis ilusiones se cumplen.


Ese día Charli pega un vuelo que a todos nos deja helados, sin más consecuencias…

Supongo que todas las siguientes veces también cuentan, cada una es una experiencia distina, una mochila con vela, vientos en el collado, huellas, y tardes, amigos e ilusiones de roca, hielo y nieve.

Ahora sigo soñando, con la misma montaña, con todas las montañas, y el que lo siente, sabe que los jueves son los dias de pensar en el fin de semana.

¡Buen finde!